jueves, 16 de mayo de 2013

De España a Chipre y de Chipre a España

Asturias-Madrid, Madrid-Atenas, Atenas-Larnaca, Chipre, mi destino final. En este viaje me embarcaba yo del 17 al 21 de abril con una compañera de clase, dos profesores y el director de mi instituto. Íbamos con un grupo de voluntariado, el grupo Comenius, a reunirnos con otros estudiantes europeos. Allí nos acogió gente amable, extrovertida y muy agradable con la que pasé unos días estupendos y al llegar a casa me enteré de que el primer día que amanecí allí, el Bundestag (la cámara baja alemana) se reunía para aprobar el rescate a Chipre.

Pero volvamos atrás. En tan sólo cuatro días no da tiempo a vivir la realidad de un país, sin embargo lo he intentado y he podido sacar algunas conclusiones.

La mayoría de la gente estaba empleada en el sector turístico, gravemente dañado por la crisis en toda Europa y más en Chipre, teniendo en cuenta que la repercusión que está teniendo su crisis no es la mejor manera de atraer al turismo. Así uno de los pilares de la economía chipriota ya gravemente dañada, parece que va a agrietarse aún más dejando sin trabajo a muchas personas.

La construcción, otro de los sectores dañados por la crisis, no avanza en Chipre, dónde los descampados pedregosos y las casas a medio hacer se disputan el protagonismo en el paisaje.

Por supuesto, el conflicto entre grecochipriotas y turcochipriotas no alivia la situación, siendo una herida abierta en la memoria de Chipre que se debe cerrar para seguir avanzando.

Chipre está mal y una de las preocupaciones españolas es que nosotros sigamos su camino. Desde el gobierno se decía que este año saldríamos de la recesión, o que en 2014 estaría de vuelta el consumo, pero ahora mismo no parece que estemos siguiendo ese camino lo que provoca desconfianza en muchas familias. Salir de la crisis es difícil, pero no se puede permitir este engaño, ni la manera en que se está intentando hacer, recortando en derechos que deberíamos tener asegurados. No tenemos por qué acabar como Chipre, pero debemos comenzar a hablar, debemos hacernos oír, manifestarnos por lo que creemos injusto. Necesitamos honestidad y nuevas ideas.


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